Arceiz pretende tapar el escándalo de su multa de radar utilizando a la Fiscalía

  • Lejos de facilitar todos los expedientes solicitados, sigue ocultando la información a la oposición, y miente al afirmar que el caso de la condonación  de su multa sea algo secreto.

Calahorra, 29 de octubre de 2025. La alcaldesa de Calahorra no se contenta con negar información acerca de los expedientes que rodean a la multa que le fue impuesta, y que hasta la fecha es la única que goza de un decreto de alcaldía para devolver el dinero de las otras presuntas multas que fueron pagadas por los supuestos fallos en un radar de tráfico de Calahorra.

Para seguir generando una cortina de humo mayor no tiene otro quehacer en su despacho de alcaldía que utilizar a la fiscalía para tratar de desviar la atención sobre una pregunta que se niega a contestar. ¿Cómo se explica que si hubo más personas que pagaron la multa, la única que se haya visto beneficiada de un decreto de alcaldía hasta para devolverle el dinero sea la propia alcaldesa?

Esta es la pregunta que nunca contestó la alcaldesa. Ni en su rueda de prensa, ni en el pasado pleno del lunes 27 de octubre. 

Más bien al contrario, hasta la fecha solo se ha dedicado a negar la información al principal partido de la oposición y a obstaculizar cualquier labor de control sobre unos expedientes que solo son secretos en su cabeza. 

La imagen a la que alude la alcaldesa no contiene ni un solo dato personal. Ni un solo dato protegido.

Miente la alcaldesa al afirmar categóricamente que se trata de información secreta, pues los decretos de alcaldía de los que se da cuenta a todos los concejales del pleno, son públicos y podrían ser leídos en voz alta si cualquiera de los miembros de la corporación lo solicitase. Algo que no se realiza por una mera cuestión de tiempo y operatividad.

La alcaldesa miente al decir que solo los concejales tienen acceso a esa información. En cualquier caso, el problema de la alcaldesa no es que los concejales y otras personas tengan acceso a esta información: el problema que verdaderamente amenaza a Mónica Arceiz es que esta información se ha hecho pública y le compromete personalmente. 

La alcaldesa de Calahorra no puede olvidar que es eso, alcaldesa, un cargo público que exige rigor, ejemplaridad y que está sometido a un escrutinio sobre sus actuaciones especial, lo que requiere de una pulcritud que no casa con ser la única beneficiaria de un decreto de alcaldía para devolver dinero de una multa que presuntamente afecta a más personas que no gozan de ese privilegio, al menos por ahora.

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