Arceiz confirma que no existe ningún otro decreto revocando multas, excepto el suyo

  • 4 meses después del presunto fallo del radar, y 2 meses después del decreto en el que se quita su propia multa, no existe ninguna otra resolución o decreto de alcaldía para eliminar las sanciones por fallos en el radar salvo el que le beneficia directamente a ella.

Calahorra, 23 de octubre de 2025. Arcéiz continúa sin dar las inevitables explicaciones, y que sean coherentes, acerca de un asunto que le afecta de manera directa y personal. ¿Cómo se explica que si hubo seis personas que pagaron la multa, la única que se haya visto beneficiada de un decreto de alcaldía para devolverle el dinero sea la propia alcaldesa?

Supuestamente todas las multas, es decir 26 (en su última versión) fueron puestas el mismo día. El pasado 2 de junio.

Sin embargo, 20 de ellas, al parecer, iban mucho más retrasadas en su tramitación o el pago que estas seis.

De las seis personas que según Arceiz habían pagado la multa igual que ella, casualmente, la única que se ha retirado de forma efectiva mediante un decreto de alcaldía es la suya. Puesto que no existe hasta la fecha ningún otro decreto de alcaldía para quitar una multa salvo el que le afecta directamente. Ningún otro decreto ha ido al pleno, incluyendo los que fueron remitidos ayer en la convocatoria del pleno del próximo lunes.

Solamente hay un decreto de Alcaldía quitando una multa y es del pasado 22 de agosto y, dos meses después, sigue sin haber ningún otro decreto de alcaldía para quitar multa a causa del fallo en el radar entre los días 2 y 3 de junio, como alega la alcaldesa.

Arcéiz miente cuando afirma que el motivo para no facilitar la documentación de este caso a la oposición sea la salvaguarda de datos personales de los denunciados, y miente porque el Grupo Municipal Socialista no necesita datos personales ni los ha pedido. Solamente necesita ver el expediente que certifique que efectivamente el radar falló ese día, y eso solo lo puede certificar una empresa especializada mediante un informe técnico. Esto es, entre otras cosas, lo que está ocultando Arcéiz.

Lo que tampoco ha facilitado la alcaldesa es su propio expediente; tampoco el número de expedientes que se iniciaron a consecuencia de las denuncias; ni tampoco el número de expediente que, como ella, se vieron agraciados con la retirada de la multa.

Todo eso es lo que está ocultando Mónica Arceiz en una clara intención de confundir a la opinión pública y desviar el foco de atención de lo que no tiene ninguna explicación. 

Y eso no es otra cosa que el hecho de que, más de cuatro meses después de los presuntos fallos en el radar, solo existe un decreto de alcaldía para quitar una sanción con este motivo, un decreto que le afecta (o beneficia) exclusivamente a ella.

Mónica Arceiz se escuda en los datos personales para no dar las pertinentes explicaciones pero lo cierto es que en ninguna parte se ha publicado ningún dato personal de nadie. 

Además, los decretos de alcaldía son documentos de trabajo para los concejales, y ya están finalizados en su tramitación por lo tanto son públicos, y se incluyen en los plenos en el cual la asistencia es libre, e incluso si algún concejal lo solicita pueden ser leídos en su totalidad ante el pleno y por tanto, ante quienes sigan el pleno a través de las redes sociales.

La señora Arceiz pretende tapar sus vergüenzas soltando tinta de calamar sobre unos documentos que solo son secretos en su cabeza. Lo que tiene que hacer Arceiz es explicar, porque solamente a ella se le va a devolver el dinero a través de un decreto de alcaldía, y dejarse de ridículas cazas de brujas.

Es precisamente su negativa a facilitar los expedientes al grupo socialista contraviniendo su obligación legal lo que ha expandido una sombra de sospecha sobre su actuación. 

Resulta cuando menos chocante que fuera la propia alcaldesa la que mostró a la prensa el decreto de alcaldía que le beneficia, ese que se supone que es altamente secreto. Debería explicar por qué ella puede mostrar decretos públicamente y el resto de concejales no.

En definitiva, menos victimismo, teatro y amenaza, y más transparencia.

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