Arcéiz. 100 días de desgobierno, mentiras y destrucción

Se cumplen 100 días al frente del Ayuntamiento de Calahorra de la Sra. Arcéiz y su equipo de concejales del Partido Popular. Un nuevo equipo cuyo esfuerzo ha ido encaminado a destruir el proyecto de ciudad moderna que puso en marcha el PSOE en la pasada legislatura, anteponiendo sus enfermiza sed de venganza a los legítimos intereses de Calahorra y a su avance hacia el futuro.

Han puesto en marcha en este tiempo una acción política cimentada en el caos y la constante rectificación, hasta tal punto que han tardado cuatro meses en organizarse entre ellos, necesitando de la celebración de múltiples plenos extraordinarios para corregir decisiones adoptadas de forma soberbia e infantil, sin escuchar a los técnicos municipales y pasando por encima de la ley, en la intención de beneficiar económicamente a VOX, o a sus propios concejales, o aprobando modificaciones de crédito contra la propia normativa presupuestaria.

El nuevo gobierno de Arcéiz ha utilizado la mentira como arma política. Han intentado engañar a la ciudadanía de forma reiterada y deleznable. Comenzaron afirmando que la caja estaba vacía cuando, realmente y como se demostró, lo que estaba era bien repleta con más de 6 millones de euros. Llegaron incluso a tener la desfachatez de afirmar, ante diferentes colectivos sociales, “que no había dinero ni para pagar la luz”, pese a que disponían de una partida de 1 millón de euros para dicha cuestión, y a que han venido gastando en mil cosas sin ningún problema desde entonces.

También han abusado de las falacias para justificar su renuncia a importantes subvenciones públicas conseguidas por el anterior gobierno, que dejó una ciudad con infinitud de proyectos en marcha, ya licitados y presupuestados, que Arcéiz ha dejado perder. A día de hoy ya ha renunciado a cerca de 3,5 millones de euros, destruyendo proyectos tan ilusionantes y necesarios como la modernización de las piscinas municipales y la construcción de un moderno SPA que ya estaba en marcha con una subvención de 2,8 millones de euros.

En tan solo 100 días Arcéiz y el Partido Popular han dado muestras más que evidentes de que sus promesas electorales eran simplemente mentiras, hasta tal punto que ni sus propios concejales están en algunos casos dispuestos a soportar. El ejemplo más evidente ha sido su nefasta política deportiva, que ya ha costado la primera dimisión dentro de su equipo.

Calahorra ha pasado en tres meses de ser una ciudad pujante y con proyectos de futuro, a ser dirigida por una persona sin alternativa de gobierno y con una evidente incapacidad y parálisis para la gestión pública. Arcéiz nos ha llevado de golpe y porrazo al pasado, retornándonos a la larga etapa de gobiernos del Partido Popular de Pagola y Portillo que sumieron a Calahorra en la parálisis y la insignificancia, de la que la rescató en los últimos cuatro años el PSOE.

A día de hoy todas y cada una de las acciones positivas que se ven en la ciudad son fruto de la inercia del anterior gobierno socialista. Las obras de mejora urbana, accesibilidad, el avance en los yacimientos arqueológicos, la cesión de los terrenos para la ampliación del Centro de Salud, la restauración y ajardinamiento de taludes, el derribo necesario para la construcción de la nueva Formación Profesional…los derribos de edificios en ruina en el casco antiguo, la Estación Intermodal…Todo, absolutamente todo es fruto de esa inercia y de esa herencia. El equipo de Mónica Arcéiz no ha dado un solo paso adelante y se ha preocupado únicamente de intentar destruir todo lo posible.

Muy preocupante es la desidia demostrada en estos 100 días en materia de promoción industrial en el desarrollo del Polígono del Recuenco y en la Ciudad del Envase. Ya lo dijo Capellán en campaña que tal vez renunciase a este proyecto estratégico para Calahorra, y parece que Arcéiz se ha plegado a los designios de su jefe en Logroño.

Por último, en las últimas semanas también los ciudadanos han podido percibir de qué manera el Partido Popular ha conseguido cambiar a peor el relato sobre el futuro del Casco Antiguo, convirtiendo la gestión ordinaria de previsión de derribos en una situación extraordinaria que hace a la población percibir el casco antiguo como un problema y no como la gran oportunidad para toda la ciudad que realmente es.

La transformación y conservación del Casco Antiguo requiere de un impulso serio, planificado y continuado a lo largo del tiempo, que permita sanear aquellas viviendas que se encuentran en mal estado, mejorar las condiciones de las vías públicas, crear alicientes turísticos y favorecer la llegada de nuevos habitantes al casco antiguo de Calahorra, haciéndolo más atractivo. Requiere precisamente lo que durante los últimos cuatro años ha venido haciendo el anterior equipo de gobierno, y no las recetas rancias del Partido Popular de siempre, el mismo que durante 24 años dejó en el mayor de los abandonos a esta parte de la ciudad.

En suma, se cumple la profecía y lo previsible. Arcéiz es incapaz de sacar adelante esta ciudad porque no tiene proyecto para Calahorra y su única ocupación es destrozar el anterior.

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