Calahorra, 23 de mayo de 2025. La falta de mantenimiento en la ciudad se ha vuelto una constante preocupante. Los asuntos del día a día quedan diariamente relegados por parte del Equipo de Gobierno a los ojos de la ciudadanía quien, con una frecuencia inusitada nos hacen llegar sus quejas y reclamaciones, puesto que de nada sirve dirigirse al Ayuntamiento por otros medios.
En las últimas semanas, las hierbas y los matojos han invadido Calahorra, fruto del avance de la primavera, pero sobre todo gracias a la inacción y a la falta de trabajo del gobierno municipal del Partido Popular. Pese a las continuas denuncias y avisos por parte de nuestro grupo municipal, la ciudad sigue cayendo en una imagen de completo abandono. Algunas de esas hierbas sobrepasan ya el metro y medio de altura, sin que nada se haga por resolver este problema. No quedan calles libres de hierbas y matojos, pero parece que la única acción acometida en este sentido por el gobierno municipal es eliminar aquellos que poblaban el tejado de la casa consistorial, hasta hace apenas una semana.
A pesar de que se ha duplicado el servicio de limpieza de la ciudad, entre cuyos cometidos está la eliminación de malas hierbas, el estado de la ciudad no ha mejorado un ápice.
Curiosamente, mientras la ciudad es invadida por la mala hierba, el deterioro de las zonas verdes y ajardinadas de la ciudad ha sido notorio. Ya el pasado año se produjo un notable retraso en la licitación de planta de temporada que provocó que uno de los lotes quedara desierto, dejando sin flores a parte de la ciudad entre la primavera hasta el otoño. Pero es que además, las plantas que sí fueron a parar al paseo del Mercadal, el propio Ayuntamiento o las jardineras de la calle Grande, Sol y Tilos duraron apenas unas semanas, puesto que los ejemplares proporcionados eran de planta vieja. Un derroche de 18.200 euros.
Este año, lejos de aprender de los errores, la situación va por el mismo camino. La planta de temporada aún no se ha plantado. Las jardineras de la calle Grande y Raso han permanecido abandonadas durante meses, y ahora han sido retiradas, no así las de la calle Mártires que están pobladas de mala hierba y un poco de tierra. Las jardineras de la calle del Sol tampoco han sido renovadas y la planta ahora mismo existente presenta un estado lamentable.
Otra zona particularmente afectada por la desidia en el mantenimiento por parte del Partido Popular es el parque de la Era Alta, donde los caminos aledaños están llenos de zarzas y de malas hierbas, que desmerecen absolutamente este céntrico parque de la ciudad.
Que el Partido Popular calagurritano tiene un problema con los árboles de la ciudad es público y notorio. Desde que gobierna Mónica Arcéiz no paran de talarse árboles en la ciudad sin que haya sido capaz en dos años el Ayuntamiento gobernado por la alcaldesa de sacar el contrato de reposición de árboles que anualmente se llevaba a cabo durante la pasada legislatura. Un contrato que preveía la reposición de árboles enfermos o la plantación de nuevas unidades.
Por poner un ejemplo, solo durante 2022 y 2023 se plantaron más de 700 árboles en la ciudad. Una actuación con la que además se realizó una importante reforestación del Parque del Cidacos mediante especies autóctonas de arbolado de ribera como fresnos, sauces, arboles del paraíso, álamos blancos o chopos negros. Hasta 6 nogales para fomentar el asentamiento y desarrollo de ardillas. Esta medida favoreció el mantenimiento de la masa arbórea del parque ante la previsión de que los ejemplares más adultos pudieran ir muriendo poco a poco.
Los caminos del parque del Cidacos, que deberían ser de ladrillo machacado (chamota), están en un estado penoso. Este pavimento rojizo que tanto embellece nuestro parque, ha desaparecido. Fue precisamente el anterior gobierno quien lo repuso por última vez tras más de una década de abandono por parte del Partido Popular.
A pesar de que el Ayuntamiento de Calahorra cuenta por primera vez con dos Ingenieros Técnicos Agrícolas, estas tareas no se atienden o sufren un retraso considerable.
Del mismo modo que ha sucedido con la poda de árboles en las diferentes calles de Calahorra, puesto que el Ayuntamiento de Calahorra no ha acometido buena parte de este trabajo hasta el inicio de la primavera, una vez finalizado el periodo de parón vegetativo, cuando los árboles empiezan a brotar. Hasta abril todos los calagurritanos y calagurritanas hemos podido ver las señales que advertían de la poda en diferentes zonas de la ciudad. No es nada recomendable para la salud del arbolado realizar la poda tan tarde. También esta cuestión ha quedado sin vigilar.
Si el casco urbano presenta un importante abandono, de este tampoco se libran otras zonas verdes del término municipal. El área recreativa del Perdiguero presenta un estado lamentable debido a la desidia del Partido Popular calagurritano en su mantenimiento. Apenas aterrizados en la alcaldía, fueron advertidos verbalmente, y en el pleno por dos ocasiones, del estado que presentaba esta área recreativa. Pero nada se ha hecho. Esta misma semana hemos podido observar cómo las diferentes zonas de la misma están impracticables, bien porque no se ha repuesto mobiliario faltante, o bien porque el impresionante laberinto con el que cuenta este área recreativa más parece ser una selva. Este área se encuentra totalmente abandonada a pesar de la afluencia constante y numerosa de personas a la misma.
Por otra parte, el mobiliario urbano de la ciudad sigue completamente abandonado. Pese a haberse requerido en diferentes Comisiones Informativas, los bancos de la plaza del Raso siguen amontonados, fuera de su sitio y sin ningún tipo de mantenimiento ni de pintado. La plaza más emblemática de la ciudad presenta un aspecto de abandono absolutamente inaceptable, ante la pasiva mirada de los concejales populares.
La última de las noticias cuestiones de las que hemos informado en público y en privado es en el estado que presenta la actual estación de autobuses, en completo estado de abandono. Con un hundimiento interior que la mantiene cerrada desde hace meses y desconchones en los aleros exteriores que ponen en peligro a ciudadanía y personas usuarias de la estación. A pesar del peligro y la inseguridad que esto supone, el equipo de gobierno municipal sigue poniendo excusas y echando balones fuera para no actuar. Una cuestión que no es aceptable cuando además ahora sabemos que la estación intermodal sufre un retraso de seis meses hasta la finalización de sus obras.
Las entradas y salidas de Calahorra también son ignoradas por el Partido Popular de la ciudad. El firme de la entrada desde la Carretera de Arnedo por la Avenida de Numancia presenta socavones cada vez más profundos, de los que ha sido informado el equipo de gobierno en Comisión Informativa, pero que tampoco han sido reparados.
Durante la pasada legislatura se realizó una inversión cercana a los 700.000 euros en el reasfaltado de diferentes calles de la ciudad. Solo en los polígonos industriales, se invirtió cerca de la mitad de esa cantidad en reasfaltados y mantenimiento del firme, una tarea que debía tener una continuidad pero que en los dos años de gobierno de Arcéiz ha quedado totalmente olvidada.
Asimismo, las señales de entrada a la ciudad están completamente deterioradas, a pesar de que el PP calagurritano contaba con un Plan de Señalización Vertical que el PSOE dejó elaborado durante la pasada legislatura. Un plan que preveía el cambio de la señalización de las entradas y salidas de la ciudad, señalética informativa, de dirección, cultural y turística, así como la convivencia de los usuarios de las vías públicas y su seguridad. Sobre esto, tampoco se ha hecho nada pese a que la alcaldesa anunciaba en enero de 2024 un recuento de señales que ya constaba en dicho plan.
Tampoco el equipo de gobierno ha invertido un solo euro en el mantenimiento de aceras a través de la reposición y arreglos de baldosas en toda la ciudad, y cada vez son más las calles que presentan baldosas rotas o huecas.
Todas estas cuestiones dibujan una situación de abandono más absoluto de las tareas del día a día de la ciudad. El lamentable estado que presentaba la ciudad no solo ha quedado a la vista de la ciudadanía de Calahorra sino que también han podido ser testigo de ellos quienes nos visitan durante el mes de abril, el mes que contabiliza habitualmente la mayor llegada de turistas a Calahorra, especialmente cuando coinciden la Semana Santa calagurritana y las Jornadas Gastronómicas de la Verdura. Calahorra no puede ofrecer esta imagen de suciedad, abandono y desidia.
Es por ello que en el próximo pleno ordinario de mayo instaremos a la alcaldesa y a su equipo de gobierno a no abandonar el mantenimiento en favor de actividades puntuales y eventos como hasta ahora, y a que realice una planificación efectiva de las tareas y de la contratación de los diferentes servicios y suministros necesarios para ejecutar dicha planificación mediante una gestión equilibrada.
Retirada del cableado telefónico obsoleto de las fachada de la ciudad
La extensión de la fibra óptica ha dejado inutilizadas las antiguas redes telefónicas de materiales obsoletos. La fibra óptica proporciona prestaciones superiores y además requiere un mantenimiento muchísimo menor, además de un menor número de centrales que la antigua red. Las empresas instaladoras se han afanado en dicho cambio, entre otras cuestiones por un importante ahorro de costes.
Ahora bien, este proceso de implantación de la nueva red de fibra óptica debe ir acompañado de la retirada del antiguo cableado que a menudo atraviesa calles completas a través de las fachadas de sus edificios, ofreciendo una imagen de escaso cuidado, problemas de seguridad y dificultades de mantenimiento.
Se trata de gruesas madejas de cables presentes en edificios y fachadas, espacios que fueron cedidos a las empresas instaladoras por el bien común, pero que no solo han sido ya amortizados ampliamente, sino que ahora se encuentran sin uso y abandonados, por lo que procede que sean retirados.
Estos cableados han causado problemas en diferentes eventos como desfiles o procesiones, y merece la pena acometer su retirada antes de que comiencen a causar problemas como caídas de cables, de las que nadie se haga cargo.
Por ejemplo, las últimas reurbanizaciones de calles ya contemplaron el soterramiento de las redes de telecomunicaciones de fibra óptica, lo que además de favorecer una mejor estética de las vías urbanas, favorece un mantenimiento más rápido y menos costoso.
Esta problemática afecta a toda la ciudad, pero es particularmente visible en el Casco Antiguo, especialmente en las cercanías de edificios que han sido derribados o se han derrumbado.
Según la CNMC, la central de cobre de Calahorra tenía previsto su cierre definitivo el pasado 25 de septiembre de 2024, y pertenece a la empresa Telefónica.
Es por ello que instamos a la alcaldesa y a su equipo de gobierno a que el Ayuntamiento de Calahorra entable las conversaciones oportunas con Telefónica, así como cualquier otra empresa instaladora cuyas redes de telefonía obsoletas atraviesan diferentes zonas de la ciudad, especialmente en el casco antiguo, para requerir la eliminación de este cableado.