- Por primera vez, un Equipo de Gobierno no dedica su trabajo a construir algo para Calahorra sino a destruir lo avanzado por gobiernos anteriores.

Calahorra, 18 de junio de 2025.- Dos años se cumplen desde que Mónica Arcéiz alcanzara la alcaldía y el Ayuntamiento de Calahorra continúa paralizado, dominado por la inacción, la desidia y la falta de trabajo. Por primera vez en la historia, un nuevo gobierno municipal no se dedica a construir algo por y para Calahorra sino que ha dedicado dos años a deshacer y enterrar todo lo que ha podido del anterior gobierno.
Mónica Arcéiz encontró un Ayuntamiento a pleno rendimiento, con una planificación de proyectos por un valor superior a los 38 millones de euros, financiados a través de fondos propios, subvenciones del Gobierno de La Rioja o a través de más de 8 millones de euros obtenidos en Fondos Europeos.
Sin embargo, nada más entrar en la alcaldía, el Partido Popular de Calahorra decidió tirar todo lo que pudo a la basura, renunciando a muchos de esos proyectos beneficiosos para Calahorra.
En los dos años que llevamos de legislatura, Arcéiz y sus concejales han renunciado a más de 27 millones de euros en inversiones para Calahorra entre el polígono “El Recuenco” (20,5 millones), la rehabilitación energética del Complejo Polideportivo de “La Planilla” (2,86 millones), la rehabilitación energética de la Casa Consistorial (622.000 euros), una parte del proyecto Revive Cidacos (300.000 euros), aparcamiento en “Las Medranas (319.572,50 euros), rehabilitación y mejoras en la Ermita de la Concepción (400.000 euros) y proyecto de rehabilitación de viviendas privadas ERRP Quintiliano (2 millones).
En junio de 2023 todo estaba preparado para que, a estas alturas de la legislatura, se estuvieran finalizando las obras de un Centro Integrado de Formación Profesional, el Polígono Industrial tuviera múltiples empresas instaladas que habrían comprado suelo a precios competitivos, inferiores a 35 euros el metro cuadrado, se estuviera construyendo el Centro Nacional de Tecnologías del Envase, la Estación Intermodal estaría ya a pleno rendimiento, los calagurritanos y calagurritanas podrían disfrutar de un Centro Polideportivo en La Planilla completamente renovado y mucho más eficiente, el Ayuntamiento costaría menos dinero en energía al bolsillo de los ciudadanos, se invertiría todavía más dinero en limpieza de la ciudad, la cuesta de la Curruca estaría urbanizada, Gallarza y Bebricio serían un centro comercial más atractivo y moderno.
Y así, tantos y tantos proyectos que Monica Arcéiz y sus concejales se dedican día tras día a lapidar sin proponer absolutamente nada a cambio.
Al contrario, los proyectos del Partido Popular son irrealizables, poco o nada útiles, caros y su financiación está condicionada a la venta de terrenos o a la obtención de préstamos, subvenciones o inversiones del Gobierno de La Rioja. Sin embargo, estos proyectos de Arcéiz ni siquiera aparecen en el Presupuesto de la Comunidad Autónoma.
La compra del convento del Carmen, por 1.200.000 euros, es un proyecto incierto e innecesario puesto que el desarrollo de un centro residencial en ese ámbito no está apoyado por el Gobierno de La Rioja, quien tiene las competencias. Y para la ampliación de las plazas residenciales para personas mayores en Calahorra, el propio gobierno dispone de un ala completa en Los Manitos y suelo de su propiedad junto a dicha residencia.
La remodelación de la plaza de toros, presupuestada en más de 4 millones de euros, supone directamente tirar a la basura el dinero de los calagurritanos, con un proyecto que no se amortizará hasta dentro de 50 años, para realizar unos pocos espectáculos al año. Un proyecto además cuyo desarrollo está comprometido a la venta de suelo público municipal que no se va a producir a corto plazo.
Y finalmente, la ampliación del aparcamiento de La Catedral, un proyecto que costará cerca de dos millones de euros, protagonizado por una tramitación atropellada, tumbada en primera instancia por la COTUR, sometida a rectificaciones constantes y que pone en riesgo la permanencia del festival Holika en Calahorra.
La alcaldesa da patadas hacia adelante realizando promesas que nunca jamás se cumplen. Porque para conseguir proyectos de ciudad reales, productivos y beneficiosos se ha de trabajar mucho, con mucho tesón.
Sin embargo, en estos dos años no se ha logrado ni un solo euro en Fondos Europeos, cuando otros municipios de España y de La Rioja sí que están desarrollando importantes proyectos gracias a ese dinero.
Y no solo eso, la alcaldesa de Calahorra mantiene un portavoz y concejal de Hacienda que ha tenido que aprobar por primera vez en la historia de Calahorra un plan de ajuste económico financiero tras “desastrar” las cuentas municipales. No lo olvidemos, el mismo concejal y la misma alcaldesa que, también por primera vez, han sido condenados por los tribunales por incumplir la normativa de haciendas locales.
Mónica Arcéiz es, además, una alcaldesa con nulo peso político en La Rioja y en su propio partido. Una regidora incapaz de reivindicar lo que Calahorra merece, y que aplaude con las orejas cada decisión de Gonzalo Capellán que supone eliminar inversiones de la ciudad, recortar servicios públicos o trasladar a Logroño actuaciones previstas en la segunda ciudad de La Rioja.
En todos estos meses, la alcaldesa nunca ha alzado la voz por que la ciudad haya perdido esos 20,5 millones de euros para que las empresas pudieran comprar suelo industrial en El Recuenco a menos de 35 euros el metro cuadrado.
Mónica Arcéiz ha dado por bueno que hoy se mantengan los recortes aplicados en el Hospital de Calahorra, con menos dotación de personal de enfermería y cierres de camas; y con una precipitada ejecución de la integración en el SERIS de nuestro hospital que ha llevado a que todo el personal ahora mismo esté adscrito al Hospital San Pedro de Logroño, y trabaje en unas condiciones negativas nunca antes vistas.
Lo más reciente es la renuncia de Arceiz a la ampliación del Museo de la Romanización prevista por el anterior gobierno regional y también haber permitido que la colección del escultor Daniel se quede en Logroño, en lugar de enriquecer los fondos del Museo calagurritano. Una decisión ante la cual la alcaldesa de Calahorra tan solo sonríe y posa para las cámaras.
La alcaldesa de Calahorra gobierna a base de rectificación. Durante lo que va de legislatura, se han celebrado 14 plenos extraordinarios, la mayor parte de ellos para aprobar rectificaciones de asuntos mal tramitados por el Partido Popular, con un coste para las arcas municipales de 21.000 euros.
Pero tampoco hay pleno ordinario, en el que no se sometan dos o más asuntos que tienen que ver con chapuzas o errores cometidos por los concejales del Partido Popular o por la propia alcaldesa, como por ejemplo el contrato para la redacción de un informe urbanístico a la carta para el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil, declarado nulo de pleno derecho por el Pleno y el propio Consejo Consultivo de La Rioja.
Mientras tanto, la alcaldesa y sus concejales han convertido al Ayuntamiento de Calahorra en una agencia de eventos. Más preocupados en sacar adelante fiestódromos y en triplicar el gasto en festejos que en sacar adelante proyectos que respondan a los retos de futuro de la ciudad.
La dedicación exclusiva a los eventos ha provocado una falta de atención absoluta del día a día de la ciudad. Una Calahorra más descuidada y con peor mantenimiento que nunca. Los hierbajos y los matojos han sido los protagonistas de esta primavera, pero también de la pasada. La limpieza sigue siendo absolutamente insuficiente, y las labores básicas de mantenimiento como la poda, el mantenimiento de caminos o de las vías públicas están abandonadas.
Durante dos años, la alcaldesa de Calahorra se ha convertido en la primera y única persona en regir el Ayuntamiento condenada por vulnerar los derechos fundamentales de una compañera de Corporación, incumpliendo con ello la constitución. Y, pese a haber perdido en los tribunales, la animadversión personal contra nuestra compañera Elisa Garrido le ha llevado al extremo incluso de expulsarla indebidamente de un pleno.
Su incapacidad para dirigir los plenos también se traduce en un constante ataque a los derechos de los concejales socialistas en sesiones, mediante la expulsión indebida, cortando sus intervenciones constantemente, llamando la atención de manera injustificada o permitiendo la interrupción por parte de otros concejales sin poner orden alguno.
Se trata, además, del gobierno municipal más caro de la historia democrática de Calahorra, con tres puestos de confianza: una secretaria personal, una jefa de gabinete de alcaldía y un asesor de urbanismo, que, entre los tres, supondrán un coste a las arcas municipales de más de 800.000 euros en toda la legislatura.
Con todo ese dinero, bien se podrían urbanizar calles o realizar más y mejores servicios públicos. Sin embargo, en dos años del Partido Popular apenas se ha creado una plaza y un aparcamiento.
A estas alturas, en la pasada legislatura se habían urbanizado las calles Eras, Arrabal, Velázquez, Numancia, con una inversión superior a los dos millones de euros.
A estas alturas, en la pasada legislatura, se habían rehabilitado la Casa de Carramiñana y la Casa de los Curas, albergando más y mejores servicios públicos relacionados con el Urbanismo y los Servicios Sociales.
A estas alturas, en la pasada legislatura, gracias a una estrategia decidida y consciente por la conversación del patrimonio se había recuperado la muralla romana de la calle Juan Ramos, se había adecentado el yacimiento de La Clínica, se había descubierto el puente de la calle Arrabal, se habían señalizado las nuevas termas de la calle Eras y se había adquirido para su recuperación el Torreón de la calle Portillo de la Rosa.
Por el contrario, el equipo de Arcéiz no ha invertido prácticamente nada en patrimonio histórico.
Sin embargo, el Partido Popular de Calahorra no es el único responsable de la parálisis y la inacción del Ayuntamiento de Calahorra. Todo esto no sería posible sin la participación cómplice tanto de Izquierda Unida como de Vox, que con sus votos sistemáticamente sostienen las decisiones de Mónica Arcéiz y los concejales del Partido Popular.
Frente a este gobierno incapaz, destructor y sin proyecto, y frente a la pasividad, cuando no la ayuda directa, de sus socios, la única alternativa viable es la del PSOE de Calahorra, que de manera constante, semana tras semana, sigue planteando propuestas positivas para la ciudad. Un equipo de concejales y concejalas socialistas, liderados por Elisa Garrido, dispuestos a recuperar la alcaldía en 2027 para ocuparse de los retos de futuro de Calahorra y de los problemas reales y del día a día de las personas.