El Plan de Reactivación Comercial del Casco Antiguo —más conocido como PREAC—, finalizó el 31 de diciembre con un balance negativo puesto que no ha cumplido con el objetivo de reactivar el comercio de la zona que hoy se encuentra en peores condiciones que en 2013, es decir, con menos comercios en la zona que los que había.
Se ha gastado cuatro veces más en publicidad, propaganda y acciones estéticas que en subvenciones concedidas a nuevos negocios en la zona.
De los tres negocios abiertos al amparo del plan solo uno continúa en activo. Otro de ellos cerró un año después de abrirse (y, pese a acogerse al plan, no podemos admitir que fuera de nueva creación puesto que fue un cambio de local) y el último de ellos sólo ha estado abierto unos meses.
Los tres negocios en total han recibido en concepto de subvención entre los tres poco menos de 5.000 €
Mientras el Ayuntamiento de Calahorra ha destinado en dos años 5.000€ a ayudas del PREAC, solo en 2013, gastó cerca de 20.000€ en publicidad y propaganda del PREAC y en otros cambios estéticos en la zona, como la colocación de unas lonas en el museo de la romanización o el cambio de farolas.
Tras la continua explotación publicitaria de la puesta en marcha del plan por parte del PP y del concejal del área en 2013, poco o nada más se ha trabajado o invertido en la zona durante 2014 y 2015.
Se han gastado 4.000€ en la web del PREAC (teniendo una página web municipal donde se podía haber reflejado la misma información sin coste añadido) mientras han llegado menos de 5.000€ en ayudas a los comerciantes. Triste balance entre lo gastado en publicitar y lo hecho realmente.
El PREAC ha servido para decenas de fotos de los concejales y concejalas del PP, un comercio en activo, miles de euros gastados en publicidad y, lo peor de todo, la remodelación de la plaza del Raso.
En otras palabras: el área comercial del casco antiguo no se se ha regenerado, hay menos comercios en la zona hoy que cuando comenzó el plan en 2013 y, en lugar de una hermosa plaza como era la del Raso, tenemos miles de euros gastados en hormigón (con forma de banco y otro mobiliario) que han empeorado la estética de la plaza y dificultan su uso como espacio público.
En definitiva, un ejemplo de la política de artificio y venta de humo del PP de Calahorra que ahora toca reconducir.
Por último, lamentamos que las personas que estaban detrás de estos negocios no hayan podido sacarlos adelante y esperamos que el que sí se mantiene dure muchos años.