El pasado pleno del mes de abril se caracterizó porque ni PP ni Ciudadanos usaron ninguno de sus turnos de palabra en los puntos debatidos durante el mismo, ni presentaron ninguna iniciativa en la parte de la sesión destinada al control del Equipo de Gobierno, como una forma de escenificar una pantomima para acusar al gobierno municipal de falta de trabajo.
Esta actitud del Partido Popular y Ciudadanos supone un desprecio a las instituciones municipales democráticas renunciando a usar la palabra en el Pleno y a presentar iniciativas, y un abandono de su responsabilidad de liderar la parte de control al gobierno, una de las partes más importantes del Pleno, desistiendo de la función que los ciudadanos les han encomendado.
Los Ayuntamientos son una administración eminentemente presidencialista, en la que la mayor parte de las decisiones y competencias están en manos de la alcaldía. El Pleno municipal funciona como un parlamento, cuya principal función es ejercer la labor de control de la acción del gobierno.
Por ese motivo el Pleno tiene dos partes diferenciadas: la primera es la parte resolutiva, en la que se debaten aquellos asuntos que son puramente de competencia del pleno; y otra parte de control que es obligatorio introducir en todos los plenos y se compone de las proposiciones que los diferentes grupos políticos plantean y de las preguntas que pueden dirigir al Equipo de Gobierno.
Nadie entendería una sesión del Congreso de los Diputados en la que los Ministros y su Presidente no tuvieran que responder a las interpelaciones de la oposición.
Tanto la alcaldía como el Equipo de Gobierno tienen la obligación legal de comparecer en el pleno para someterse a este control con independencia de los puntos resolutivos incluidos en la sesión.
Además, con la convocatoria de Pleno se da cuenta a todos los concejales, de los decretos de alcaldía dictados y de otras informaciones que es obligado trasladar a todos los concejales para su conocimiento.
Concretamente, en el pleno de abril se dio cuenta de 233 decretos de alcaldía y tenientes de alcalde que se corresponde con un abultado número de expedientes tramitados por el Equipo de Gobierno en un solo mes.
Todas estas cuestiones deberían ser perfectamente conocidas tanto para el Partido Popular que ha gobernado esta ciudad durante 24 años y para Luis Martínez-Portillo, que ha sido su alcalde durante 5 años.
A pesar de estas cuestiones, la actitud del PP de Calahorra es lamentable. Está más preocupado de escenificar una pataleta en redes sociales y ante los medios de comunicación que en ejercer sus responsabilidades como principal partido de la oposición, adoptando actitudes más propias de la antipolítica que en nada van a beneficiar a un partido con vocación de gobierno.
Esta posición adoptada por el PP es una forma infantil de reaccionar ante el evidente volumen de trabajo que está sacando adelante el Equipo de Gobierno, aprobando recientemente nuevos créditos y sacando adelante expedientes para contratar el proyecto de la estación intermodal, por ejemplo, y que vendrá seguido de la contratación obras para reparar las pistas de atletismo o de las obras de climatización de las oficinas municipales de la calle Teatro.
Por suerte, la ciudadanía de Calahorra es perfectamente consciente del avance que está experimentando la ciudad y de que este Ayuntamiento se mueve para afrontar los retos y asuntos pendientes del municipio, muchos de ellos largamente prometidos por el PP pero que nunca se materializaron.
El PP, seguido del grupo de Ciudadanos, que parece que han adoptado al unísono esta estrategia, protagonizaron el pasado lunes una pantomima que solo pretende tratar de engañar y confundir a la ciudadanía. Pretendiendo utilizar el desistimiento de sus funciones como oposición para acusar al equipo de gobierno de falta de trabajo fundamentándose en la duración del pleno. Es decir, la única manera que han encontrado para tratar de señalar una falta de trabajo del gobierno municipal es a través del abandono de su propio trabajo. Con esta actitud los únicos que pierden son los ciudadanos que les han votado para ejercer su función de control del gobierno, y aunque para el PSOE esta es una situación evidentemente cómoda, puesto que no se ve obligado a explicar en el pleno sus acciones de gobierno, no podemos dejar pasar este intento de manipulación y pantomima que el PP quiere escenificar.
Cuesta mucho creer que en 24 años de gobierno no se hayan enterado de cómo funcionan los plenos por lo que esto parece ser un teatrillo tramposo que denota una vez más su falta de ideas y proyectos para Calahorra.
