El pasado 17 de mayo, los medios de comunicación recogían la imagen de Luis Martínez-Portillo, Oscar Eguizábal y la entonces presidenta de la asociación de comerciantes de la plaza de abastos, delante de unos grafitis que estaban siendo pintados en las persianas de los comercios de la plaza.
La Junta de Gobierno Local aprobó el pasado 13 de julio una relación de facturas en las que aparece una factura de 1.764,18€ relativa a esta actividad que requiere una explicación en profundidad del concejal responsable, en esas fechas, de las áreas de comercio y medio ambiente.
En primer lugar, pese a tratarse de una evidente actividad de promoción comercial de la plaza de abastos, la factura ha sido endosada al área de medio ambiente. En la descripción de la factura se puede leer “Espray Montana para la semana de medio ambiente”.
Según el programa de actividades de la semana de medio ambiente celebrada entre el 13 y el 17 de mayo de 2015, la única actividad ligeramente relacionada con los espráis de pintura para grafitis (especialidad de la marca Montana) es una “visita a los grafitis elaborados en el Mercado Municipal” programada para el sábado 16 de mayo entre las 13:00 y las 14:00.
Es evidente que se ha aprovechado la Semana del Medio ambiente para justificar un pago de otra área, la de comercio, cuyas actividades de promoción están externalizadas y deben ser realizadas por la empresa 1,2,3 bolos. Una cuestión totalmente irregular.
Si organizan una excursión a la degollada ¿pagará el área de medio ambiente los 140 millones de pesetas que costó su creación? Evidentemente no.
Se da la circunstancia de que la pintura de las verjas se realizó durante la semana del medio ambiente y la siguiente.
Oscar Eguizábal, en declaraciones a los medios, justificaba la “relación con el medio ambiente” aduciendo que había sido pintada con “pintura respetuosa con el medio ambiente, ya que no emite gases invernadero”. Una afirmación descabellada y que evidencia el absoluto desconocimiento del concejal sobre medio ambiente y su soltura a la hora de inventar y mentir a los medios de comunicación. Los CFC, conocidos como gases de efecto invernadero fueron prohibidos en 1995 por lo que ningún espray comercializado desde entonces en la UE puede contenerlos.
Pero este no es el único asunto irregular en el pago del pintado de las persianas de la plaza de abastos.
La factura, realizada por el presidente de la asociación de comerciantes Calahorra Ciudad Comercial, Fabián Echave, contiene varios datos que han de ser explicados.
Los conceptos facturados son 270 Espray Montana Mega y 270 Válvulas montana.
Según las especificaciones del fabricante, cada bote de Montana Mega tiene un rendimiento de 5,75 m2, es decir, con 270 botes se pueden pintar 1.600 m2.
Las persianas de la plaza de abastos tienen una superficie de 95 m2 por lo que, con la pintura facturada, pueden ser pintadas más de 16.
El Grafiti realizado en San Francisco, pagado por FCC y realizado por el mismo artista, necesitó de 28 botes de pintura. Para la plaza, al parecer han hecho falta 270 Uds.
En realidad los grafitis fueron realizados con medio centenar de espráis.
Asimismo, en la factura consta que los espráis han costado 1.323€ PVP (precio de venta al público) y las válvulas 135€ PVP pero, posteriormente, se suma otra vez un 21% de IVA, lo que suponen 306,18€. Según esta factura este IVA podía haber sido sumado dos veces.
Como último dato, la pintura facturada es brillante, mientras que los grafitis han sido realizados con pintura mate.
Esta factura suscita muchas preguntas que han de ser respondidas por Óscar Eguizábal.
¿Cobró el artista encargado de la realización de los grafitis? ¿Cuánto cobró? ¿Cómo fue abonado ese pago por el Ayuntamiento de Calahorra?
¿Cómo se explica la facturación de pintura suficiente para pintar más de 16 veces las persianas de la plaza?
Si Óscar Eguizábal anunció en su momento que el pintado iba a costar en torno a 1.000 euros y la pintura sola ha terminado costando 1.764,18 ¿Cómo se ha producido ese desfase?
Esta factura esconde muchas cosas que han de ser explicadas con prontitud, ya que, según los datos, o alguien se ha quedado con los más de 200 espráis de pintura que han sobrado de la realización de los grafitis, o esos botes jamás fueron comprados en realidad y alguien se ha quedado con ese dinero.
¿Cómo es posible un incremento de un 76% en el coste?
Este ejemplo reciente de los habituales chanchullos de Eguizábal nos reafirma en la solitud de que Oscar Eguizábal sea apartado de la gestión económica del Ayuntamiento. Un concejal así no puede gestionar Administración General, área encargada de la licitación de todos los contratos mayores del Ayuntamiento.
Luis Martínez Portillo ha de relevarle de esta responsabilidad si no quiere ser cómplice necesario de sus actos.